miércoles, 25 de mayo de 2011

La escuela de hoy es un producto de la revolución industrial. Fue concebida para producir obreros en masa, mano de obra barata y calificada en todos los niveles. La masificación de la educación, llevó a que los gobiernos tuvieran como meta erradicar el analfabetismo, de hecho, hasta hace muy poco se consideraba una gran conquista que todos los ciudadanos supieran al menos leer y escribir. Hoy, en plena era de la información, los avances tecnológicos están produciendo un nuevo tipo de analfabetismo, denominado como “analfabetismo funcional o informático”
En la era industrial bastaba con aprender a leer y escribir para medianamente defenderse ante las demandas del medio. Hoy, en la era de la información, saber hacerlo ya no es suficiente. Quienes, como mínimo no aprendan a dominar y moverse como pez en el agua por el gran océano de la Internet y las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs), se verán relegados y pasaran a ser los nuevos analfabetos.
De modo pues que a las brechas sociales básicas existentes (la pobreza, el hambre, la marginalidad y la miseria) se le suma como consecuencia y subsidiaria de las anteriores, la brecha digital. Porque ya no podemos decir que la era digital está por venir o que será cosa del futuro. Sin lugar a dudas, ya estamos en ella.
Ahora bien, no basta con tener acceso a dichas tecnologías, es necesario plantearse de qué forma se debe hacer. Sobre el particular existen dos caminos: uno, el de consumidores pasivos, que reduce a la persona a un acceso a la tecnología en condiciones de “receptor pasivo” o con escasa participación siempre encuadrada en un formato dado e inmodificable. Y dos, el de ciudadanos y ciudadanas, capaces de crear y compartir conocimiento en la red, que utilizan las TICs para crear y construir culturas y nuevas sociedades. Ciudadanos y ciudadanas capaces de crear una red multinodal de difusión y que pueden construir sistemas de información porque comprenden, hablan y ponen en práctica la lengua informática. Estos ciudadanos usan la computadora como centro y gestión de comunicación. Son alfabetizados en cultura digital o técnicamente hablando: Digeratis.
De manera pues que aunque muchos se resistan, y tal y como lo señala Alvin Toffler “hoy es casi imposible imaginar el mundo sin internet, e internet sin la World Wide Web, dos de los instrumentos de conocimiento más poderosos jamás inventados.
Se trata de una transformación sin precedentes porque es un nuevo medio con el potencial de incluir a todos los demás. Nunca un sistema de comunicaciones ha jugado tantos papeles en nuestras vidas -o ejercido semejante influencia sobre nuestros pensamientos- como Internet hace hoy.
En Colombia apenas estamos entrando a la cultura digital, no obstante, de acuerdo con la Comisión de Regulación de las Telecomunicaciones, la cantidad de conexiones o contratos de acceso a la Red en el país es de dos millones y en total, los usuarios de Internet  llegan a 17 millones. Es decir, 38 de cada 100 habitantes en nuestro país usan Internet.

JOSÉ MIGUEL NARANJO BARRAGÁN

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